Cuando nos habla el Señor de “renacer del agua y del Espíritu” (Jn 3, 8) podemos pensar netamente en el acto sacramental del bautismo, lo cual no está equivocado ni lejano. Sin embargo, el acto bautismal es el inicio del camino cristiano para transformar toda nuestra persona, hasta el punto de renacer del Espíritu. La invitación, en estos días pascuales es volver a mirar a Jesús Resucitado, y reconocer en él el destino de toda la humanidad, es decir, una humanidad transformada en Dios.
Este camino de transformación en Dios no puede empezar cuando termine nuestra vida en este mundo, debe comenzar AHORA. No podemos dejar para después hacer el bien y amar. Por eso, hoy más que nunca, y en este tiempo de pandemia, amémonos unos a otros ¿Cómo podemos hacer esto, en este tiempo que no podemos abrazarnos libremente y expresar nuestro amor de manera física? Podemos hacer esto cuidándonos responsablemente unos con otros; ayudando a quienes tienen menos, y que por circunstancias de la pobreza creciente no les alcanza para vivir dignamente; llamando a quienes se encuentran más solos; orar por quienes más lo necesitan hoy.
Hermanos y hermanas de la comunidad Antoniana, seamos dignos hijos del Padre Dios, quien nos llama a transformar nuestra vida en expresión de Amor.
Buena semana para todos y todas. Paz y Bien
Hno. Felipe Márquez Retamal, ofm.
Capellán