En el mes de la patria surge la figura de nuestra patrona Virgen del Carmen, como madre de Chile y protectora de cada uno de los que formamos parte de esta angosta y larga franja de tierra.
Hoy como Comunidad Antoniana resaltamos su figura como faro de luz en medio de los devenires que como chilenos vivimos cada día. Pero, particularmente quisiera compartir con ustedes queridos estudiantes y comunidad educativa la siguiente pregunta. ¿Qué espera nuestra MADRE de cada uno de nosotros como ciudadanos y cristianos comprometidos?
¿Cuál será su preocupación de madre frente a un país con tanta desigualdad y violencia?
¿Cómo se sentirá su corazón de madre frente a tantos jóvenes que han elegido la droga, el alcohol, la promiscuidad y la delincuencia como su camino y proyecto de vida?
Son preguntas difíciles de responder, pero desde la mirada de San Francisco y como hijos suyos, estamos llamados a ser agentes de cambio en nuestra sociedad, a instalar en cada área de trabajo o de convivencia, valores y actitudes centradas en el amor, pero también en la justicia. Pero una justicia que no solo se enfoque en el derecho, sino también en el deber que tenemos como chilenos en una sociedad democrática que aspira un Chile más solidario y equitativo, donde debe prevalecer el bien común por sobre los intereses particulares.
En ese sentido su corazón se alegra cada vez que ustedes tienen la fortaleza y la capacidad de decir que “NO” a todo lo que daña su individualidad y la de su entorno, cada vez que con sus acciones cuidan y promueven un país justo, inclusivo, con conciencia social y ecológica y que por sobre todo dan testimonio de su amor a Dios Padre, trino y uno.
Virgen del Carmen puerta del cielo, protégenos con tu manto, coloca tu mano sobre el corazón de la patria, especialmente sobre cada familia para que cada uno de tus hijos seamos dignos hijos tuyos, seguidores de Cristo y luz en cada tarea que emprendamos para que nuestro país sea siempre un país de hombres y mujeres justos y justas respetuosos de sus tradiciones y amantes de Cristo.
Un saludo de PAZ Y BIEN
Rossana Ireland D.
DIRECTORA
