Llamadas hoy a cultivar y reproducir las virtudes evangélicas, que Madre María José de Jesús vio florecer en la forma de vida de los Primeros Cristianos. El Amor Mutuo, la Sencillez, la Laboriosidad y el Desprendimiento.
Estos pilares serán vividos en espíritu de oración; de tal modo que surge una interacción entre oración y acción.
“Yo he puesto los fundamentos, por lo tanto, que cada una se fije como construye encima".