Celebramos la memoria de Santa Clara de Asís, en el 8° centenario de su conversión, ella es para la Iglesia un ejemplo de luz y de fe, un signo espléndido de las realidades celestes que desde sus inicios vivió. Clara siguiendo el ejemplo de Francisco, fue celosa guardiana de la pobreza, distinguiéndose por el culto a la Eucaristia.

De clara se puede decir, que fue una de las más fieles y tenaces seguidoras de Francisco, una verdadera hermana menor, que se constituyó en un eje de fidelidad al proyecto Franciscano, después de la muerte del Hermano de Asís. Ninguno como ella supo defender el carisma que estaba naciendo y que se enfrentaba a muchas dificultades; su tenacidad la llevó obtener del Papa el llamado "Privilegio de la Pobreza", en el que reafirma su ideal evangélico.

El Camino de Clara no fue fácil: luchar contra sus familiares, pero también contra toda la sociedad de su tiempo, que encerraba a la mujer en unos parámetros muy determinados; pero ella está dispuesta a dejarlo todo y Francisco la acompaña en este proceso, le hace de guía, hasta que un día huye durante la noche de su casa y con los hermanos se dirigen a la pequeña Iglesia de la Porciúncula, donde en señal de su renuncia al mundo y de consagración a Dios, le corta su larga cabellera.

Clara no sólo reafirma la validez del carisma franciscano, sino que además lo inaugura en su dimensión femenina, sin por ello dotarlo de condiciones especiales, al contrario reafirma todas las opciones y las vive en modo radical.

La fidelidad de Clara, es un ejemplo para todos los que se sienten llamados al seguimiento de Jesucristo en la forma de vida franciscana; esperamos que su vida nos ayude a afrontar con igual decisión, el compromiso con la Vida hoy, en nuestro mundo.